Libros

jueves, 14 de julio de 2011

Capitulo 6.

Pese a que la mitad del restaurante miraba a las dos mujeres con gesto indignado Rebeca se acomodó en su silla y pidió una copa de vino tinto.
-Tranquila, a mí me ha retirado su amistad millones de veces, cuando eramos mas jóvenes lo hacía casí siempre.-dijo meneando la copa en la mano.- Pero, chica, eso ha sido un golpe bajo, no lo podría haber hecho mejor.
-No lo he hecho por molestar.- Dijo Verónica levantandose.
-Eh! ¿a donde te crees que vas? ¡Pagas tú! Al fin y al cabo, tú has arruinado la cena.
Verónica no pudo evitar sonreir a ese comentario. Y finalmente accedió a pagar.
Rebeca se levantó y ambas salieron del restaurante ante la atenta mirada de los otros comensales.


A la mañana siguiente Verónica se despertó en una cama desconocida. Se giro sonriente y puso la mano sobre el pecho del hombre que dormía a su lado. Le dolía la cabeza pero no le importaba demasiado porque por fin estaba allí. Verónica abrió los ojos y vio horrorizada que no estaba donde creía. Se levantó bruscamente y salió de allí.
Estaba muy desconcertada cuando se subió al taxi, se masajeó las sienes. Recordaba que tras la frustrada cena, Rebeca y ella habían ido a tomar unas copas. Todo normal hasta ahí. Recordó también que conoció a un hombre y después estaba en la cama con...¿Diego? Eso era lo que recordaba, pero era imposible.
-ese hombre no era él, él vive en Galicia es imposible que haya llegado hasta aquí...Habrá sido un sueño...me estoy volviendo loca...tengo demasiadas cosas en la cabeza...
-Ya bueno...yo tengo que cobrar.-respondió el taxista. Sin mirar la cantidad, Verónica dió un billete al hombre y se bajó del coche. Esta justo delante del restaurante de la noche anterior, por la calle corría una fresca brisa que Verónica agradeció mucho mientras andaba buscando el coche.

No hay comentarios:

Publicar un comentario