Libros

miércoles, 26 de diciembre de 2012

feafeliz




¡Hola! Sí, se me había olvidado la existencia del blog :) estoy bastante liada con los estudios y la verdad es que ahora mismo estoy más metida en DevianArt para este tipo de cosas.
Por aquí os dejo a la feafeliz, digo fea porque suelo dibujar mujeres pero no tiene una sexualidad demasiado definida y tampoco es muy guapa pero es muy feliz :)
Por cierto, feliz navidad

sábado, 6 de octubre de 2012

domingo, 16 de septiembre de 2012

Hola otra vez, me acabo de acordar de algo que hice algún tiempo con idea de poner por aquí y como esa era la intención pues lo voy a hacer. 
AVISO: Es algo escrito en un momento muy ñoño, me da un poco de vergüenza, pero es algo que sentía en el momento en el que lo estaba escribiendo. 


Aeropuerto de Nashville. 12.99 dólares. Un billete de 10 y otro de 5. Levanto la mirada y el desconocido que me sonríe al otro lado del mostrador es igual al que ha sido mi hermano durante las últimas 4 semanas. ¿Qué me pasa? ¿Por qué lloro? No se parece, tiene los ojos más oscuros y está más gordo, tal vez sea la sonrisa nerviosa. No me voy a quedar a averiguarlo, me siento imbécil. Suficiente, respira.  Escribo un mail a mi familia pero no lo envío.
Ahora estoy sentada en el segundo avión, destino Madrid. Me acabo de pintar las uñas de un color quizá demasiado llamativo para mí.
-Ahora os pintáis las uñas con uno de mis “pitauñas” para que os acordéis de mi.
Casi no puedo escribir con las turbulencias. Fuera solo se ve la Luna y su reflejo en el ala.
-Bea, ¿es normal que el ala parezca una gelatina?- me pregunta Jorge.
-Antes de despegar sí.
Pero mientras el avión despega y el ala hace su función correctamente todo en lo que puedo pensar es “NO NO NO”
-You have to promise and you have to mean it.-me dijo Lisa.
-I promise I’m coming back and I promise and swear I mean it.
Fever empieza a sonar en el Ipod, ayer noche baile esto en Cenntenial Park. Solo puedo pensar en eso. Mi mente va a mil, todo surge. Estoy muy lúcida, demasiado tal vez.  Una recuerda TODO lo que ha pasado y la otra hace cálculos: ahorrar, volver. Volver ¿Cuándo? Cuanto antes. Volver.
Una vieja se indigna en la película. No puedo dejar de escribir. Casi no entiendo mi letra, la descifrare, lo pasare a limpio y lo imprimiré. Lo guardaré con la tarjeta de Lisa. No puedo no volver. No puedo perder el contacto. Solo 4 semanas, lo sé. Vaya 4 semanas.
Volver.
Me acabo de dar cuenta de que llevo la biblia que me regalaron en la mochila. Y dentro la tarjeta, creo. La saco por puro masoquismo. Al volver del baile había comida para el vuelo, un sobre y una cajita sobre mi cama. Primero la caja, una pulsera y una carta. La pulsera había sido de Lisa durante 10 años, la tarjeta era la más antigua de su colección.
“I’ll count the days until you return” Me lo sé de memoria, no lo veo por las lágrimas
La película de la vieja indignada es la que Lisa quería ver. Van a servir la cena y yo llorando. Isabel se sienta a mi lado de una manera muy extraña, ¿se habrá dado cuenta de que lloro? ¿Cuándo van a apagar las luces?
El domingo pasado, después de la iglesia Cody me dijo algo como
-I would have loved to be an Exchange student but I don’t like the idea of going somewhere, falling in love with that place and then return home.
Le dije que merecía la pena.   
-…and you can always return.
Sin embargo nunca me había pasado algo así. En California vino mi familia a buscarme. En Vancouver me “enamore” de la ciudad, de la familia y de un chico (como no) pero al irme no lo pase tan mal, para nada.
Este año ha sido la primera vez que he dicho, vuelvo. Y no se lo digo a la familia ni me lo digo a mi misma. Vuelvo.
Tan pronto como la costa aparece bajo nosotros Jorge dice:
-Volvemos a nuestra amada patria, España.
Vuelvo pero no a una amada patria, no, ni de lejos.  

Nashville'12



El estadio de Vanderbilt, una universidad. 

Detalle de Belmont Mansion. 

Detalle del brazo de acceso de la plataforma de lanzamiento(réplica). En el Marshall Space Flight Center, Hunstvile. 
Wild Horse Saloon. 

Universidad de Trevecca.

martes, 11 de septiembre de 2012



Dentro de poco (probablemente este fin de semana) subiré los pocos dibujos que hice en Nashville y alguna otra cosa que he hecho durante el verano. Hasta entonces os dejo este dibujo, la mujer es mi abuela y el niño mi padre. Espero que os guste. 

martes, 14 de agosto de 2012

Aquí queda uno de los pocos dibujos hechos en vivo que conservo y esta acabado. 
Lo hice durante una clase, de ahí el papel cuadriculado. 

domingo, 22 de julio de 2012


Esta dibujado sobre cartón, concretamente, el cartón que viene con los tacos de hojas del cuaderno :)  

jueves, 19 de julio de 2012

Por aquí os dejo este dibujo. 
Me da bastante vergüenza, la verdad. 

Es más bien un boceto para estudiar las sombras. Me he propuesto sombrear más, normalmente no lo hago y la verdad es que es importante. 




jueves, 28 de junio de 2012

Italia 2012. Parte 2

Dejo por aquí un par de dibujos más del viaje :)
Detalle del David de Miguel Ángel. 

Una estatua que había en el mismo museo, una replica.

lunes, 25 de junio de 2012

Italia 2012


La semana pasada fui de viaje de fin de curso a Italia y por aquí os dejo los esbozos de la arquitectura que he ido viendo. Son esbozos y los iré acabando. 
Basilica de San Pedro, Vaticano.

Detalle del patio, Palacio Ducal, Venecia. 

Detalle escalera del patio, Palacio Ducal, Venecia.

Detalle del patio, Palacio Ducal, Venecia.
Plaza Navona, Roma. 

Detalle del órgano


miércoles, 13 de junio de 2012

¡Buenas! Aquí vuelvo con la intención de darle un poco de vidilla al blog, por lo menos mientras dure el verano. Después no prometo nada.
Llevaba tiempo queriendo dibujar un fondo y tras echar un vistazo a los últimos trabajos de Jim Lee, dibujante de DC Comics, me he decidido a hacer algo como esto.
Así que por aquí queda el boceto y ya iré subiendo partes del proceso :)

lunes, 30 de abril de 2012

Aventuras de sábado noche


Hace dos días, el sábado pasado, me robaron el móvil. Delante de mis narices, por lo que parece. Estaba cenando con una amiga después de ver Los Vengadores(película que recomiendo mucho)  y en un momento me acorde de que tenía que mandar una cosa. Al buscar el móvil en el bolso no estaba . Pregunté a un camarero en la barra y me dijo que no me lo había dejado allí pero este se ofreció a ayudarme a buscarlo. Aparte de la situación me di cuenta de dos cosas.
 En la mesa de al lado  estaban sentados dos adultos que rondarían los 50 años. Ningúno de los dos se movió cuando yo busqué el teléfono por debajo de su mesa. Lo cierto es que yo no me movería si alguien comenzase a mirar por debajo de mi mesa sin razón aparente. Pero  la señora allí sentada estaba contándole a su acompañante que me habían robado el móvil. Me dieron muchas ganas de soltarle algo bastante inadecuado. La mujer estaba perfectamente informada  y hasta dio una descripción de qué modelo era mi móvil.  Vamos, si sabes que a una persona le han robado el móvil y es obvio que está buscando desesperadamente por debajo de tu mesa lo mínimo que puedes hace es ofrecerte  ayudar ¿no? Por lo menos mover las piernas para mejorarle la visión a esta persona, digo yo…
Volviendo al camarero. El hombre debía de tener 30 años, no muy alto y claramente latino. Nos ayudó a mover la mesa y nos obsequió con lo siguiente:
-¿Sabes quienes van a haber sido? Los “rubitos” si… vinieron y se sentaron pero no pidieron nada…Eso lo hacen muchos  rumanos y gente de esa…Van robando por ahí. Te lo digo yo, van a haber sido esos.
Lo cierto es que en lo que decía tenía parte de razón, dos personas se habían sentado a nuestro lado y el mismo había ayudado a separar su mesa. A mi amiga y a mi nos hizo bastante gracia. El hombre volvía de vez en cuando con nuevos argumentos para reforzar su teoría sobre “los rumanos y esos” que “siempre van a robar”
Y hasta aquí las dos cosas más relevantes que me han ocurrido últimamente… 

Capítulo 16

Antes de nada: Hola, me llamo Beatriz y no sé porque no había actualizado esto antes. Lleva mucho tiempo hecho... Se me había olvidado por completo eso de que detrás del 15 va el 16... Lo siento.


Durante un eterno segundo sintió que caía al vacio.  Durante un eterno segundo  se le encogió el corazón y todos los músculos de su cuerpo se tensaron. Pero solo durante un segundo, hasta que su pierna derecha chocó contra el suelo dolorosamente.
Se incorporó en el suelo, estirando las piernas. Al otro lado del ventanal seguía lloviendo, con menos intensidad que cuando se había quedado dormida pero lloviendo al fin y al cabo. Llevaba todo el día así. Miró la hora, casi eran las tres,  si se daba prisa no llegaría tarde. Se volvió a sentar y observó las botas con un suspiro. Se puso la primera trabajosamente y escondió los cordones alrededor de su tobillo. Estaba muy cansada y todo le costaba el doble que antes. Se frotó la cara y notó la capa de maquillaje, más espesa de lo habitual.
Se alegró de que Diego no estuviese para verla así. Lo cierto es que ese chico estaba teniendo mucha suerte. Verónica tenía la sensación de que los papeles de ambos se habían intercambiado. Se miró en el espejo.
“De haber sabido que  acabaría así no le habría ayudado.” Pensó al verse el rostro cansado y enfermo. Ella había sido muy afortunada, todo le había ido bien hasta un par de años atrás. Poco después de conocer a Diego las cosas habían ido a peor. Siguió pensando en como Rebeca le había agradecido una y mil veces que le hubiese traido a semejante ingeniero.  Rebeca estaba encantada, desde luego, era un gran chaval, le dicía siempre que se veían. Rebeca le había colmado de regalos, le había buscado un piso y le había dado un coche nuevo. Eventualmente se lo llevaría a la cama.  Lo cierto es que Rebeca podía hacer con él l que quisiera. Su buena acción le estaba costando muy caro.
Nada más salir de su casa, apenas si había recorrido un par de metros un hombre gritó su nombre a su espalda. Ella se giró y vio con desagrado como Mario se acercaba había ella a grandes zancadas. Iba vestido con vaqueros y una chaqueta de cuero marrón y llevaba un par de bolsas en una mano.
-¡Buenos días!¡Cuánto tiempo!
-Hola.-Respondió Verónica que  tenía un aspecto terrible  y mucha prisa.  Mario le contó cómo iba su vida, era un hombre muy hablador, que conseguía hablar solo de si mismo sin resultar desagradable.
-Bueno, ¿qué tal tu vida?
-Bien… Un poco liada, supongo…- respondió Verónica, no sería muy adecuado contarle sus penas a Mario en medio de la calle.
-Algo te habrá pasado que me puedas contar ¿no?- dijo él con una arrebatadora sonrisa.
-Lo cierto es que tengo un poco de prisa.
-Ah, no importa he visto tu tanque antes, te acompaño hasta donde está.
-Perfecto.
Mario comenzó a contarle como su hijito iba creciendo poco a poco. Le comentó que estaba deseoso de que llegase la fiesta del pequeño. Porque era una fiesta no un bautizo. Le explico que aquello del bautizo se lo había inventado Rebeca pero que tanto él como su  pareja lo que querían era celebrar  que tres personas eran más felices por estar juntas.
Verónica se sorprendió de lo rápido que hablaba. Iba distraída contando los segundos que tardaba en hacer una frase, fijándose cuando se paraba a respirar cuando él preguntó:
-Entonces ¿tú pretendes aparecer o no?- aquello no lo esperaba. Miró hacia el coche, apenas a cinco metros. -Deberías.
-¿Debería? ¿Y qué ha hecho esta vez Leonardo como para que quieras que aguante mi visión durante vuestra celebración de la felicidad?
-No ha hecho nada.
-Entonces permíteme que te recuerde que me retiró su amistad. No quiero llegar allí y que me grite y a saber qué otras cosas es capaz de hacer.
-Es una persona civilizada, no un salvaje.
Verónica guardó silencio. Mario sonrió.
-Vale, piensa lo que quieras de él. Pero tiene la capacidad de perdonarte. Perdona hasta a Rebeca. Tan solo tendrías que darle una buena explicación por lo que hiciste. Te escuchará, te lo prometo.  ¿Tienes esa explicación?
¿Cómo habían llegado hasta ese punto en los treinta metros que separaba el coche de su portal?
-Claro que tengo una explicación…Estuve pensando…No me parece adecuado…Sabes como es mi vida, no voy a estar siempre del todo disponible para una persona. Si os pasase algo yo tendría que hacerme cargo del niño. Un niño no encaja en mi vida de ninguna manera.
-No tienes porque encargarte tú.- intervino él.-Está mi padre y mi familia…
- No me parece bien dejar que todo cayese sobre tú familia. Para eso sería mejor buscar a otro candidato. -Las palabras comenzaban a sonar huecas, no quería enfrentarse a Mario cara a cara mientras iba inventando semejante mentira. Rodeó el coche y abrió el maletero, fingiendo buscar una cosa.
- No habría sido tan difícil explicárselo a Leonardo.
-Ya…¿Cuándo? ¿Mientras me gritaba a mí? ¿Mientras gritaba a Rebeca?
-Ahí he de decir que un poco más de tacto no te habría venido mal. Pero bueno, ahora que yo lo sé puedo hablar con él. Por cierto… ¿Qué tal con ese hombre?
-¿Qué hombre?- preguntó ella mientras se subía al coche, aliviada y celebrando interiormente su pequeña victoria.
-El que vive contigo.
-Ya no vive conmigo. ¿Cómo lo sabes?
-Me lo ha contado Leonardo y a él se lo contó Rebeca.
-¿Rebeca? ¿Se habla con Rebeca y no se habla conmigo?-Su voz sonó aguda y la pregunta patética. Cerró de un portazo y bajó la ventanilla del copiloto, Mario todavía quería saber más. Verónica le dirigió una mirada desagradable.
-Era un amigo de mi hermana, estaba en Galicia, trabajaba de camarero y me pareció correcto ayudarle.
-Espera, espera. ¿Hermana? ¿Correcto ayudarle? ¿Quién eres tú y qué ha pasado con Verónica?
A eso ya no tenía que responder. Llegaba muy tarde.  Giró la llave en el contacto y sin mirar siquiera a Mario maniobró y arrancó bruscamente.

martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 15

Verónica prefería llevar un mechero grande, tener solo uno, pero Rebeca no. A Rebeca le gustaba tener cientos de mecheros, no porque los coleccionara sino porque le gustaba juguetear con ellos. Uno de estos mecheros subía y bajaba en la mano de Rebeca, sentada tras el escritorio. La sala era grande, tradicional. Con las paredes revestidas de madera y estanterías llenas de libros y maquetas de coches. El padre de Rebeca siempre había dicho que una mujer no encajaba en aquel sitio. Rebeca pasó la vista por cada recodo de su despacho. Tal y como había anunciado la secretaria entró el que muy probablemente sería su nuevo ingeniero. Un hombre moreno, vestido con traje oscuro, camisa de color crema y corbata.
 -Buenos días, perdona que no me levante.-Saludó ella mientras levantaba el bastón. Siéntate, Diego, ponte cómodo. Diego hizo caso, se sentó con cuidado en una de las sillas verdes que había frente al escritorio. Mientras lo hacía observó a Rebeca. Era una mujer atractiva, de pelo castaño y ojos claros. Llevaba puesto un traje de chaqueta negro sobre una camisa blanca. A primera vista parecía cualquier oficinista normal. No llevaba joyas vistosas y su recibimiento había sido de lo más normal. Sin embargo, Diego sabía que Rebeca era una de las personas más extravagantes que conocería jamás. No llegaba a los cuarenta y solo hacía 13 años que dirigía la compañía de coches que anteriormente había sido de su padre. Durante esos trece años Rebeca había cambiado todo en aquella compañía, para bien.
 -Bueno… Dime, Diego, ¿te gustan los coches? Como supongo que ya sabrás a mí sí. En especial me gustan los coches modernos. Sí, me gustan las cosas modernas en general. Y te preguntarás ¿por qué este despacho de carcamal? Este despacho está igual que el día que lo heredé. Es una “replica” se podría decir-dijo paseando la vista por la habitación- Cuando me senté me recomendaron que me limitase a aceptar los consejos de siempre y mantenerme en lo de siempre. Supongo que sabrás que esto fue allá en Inglaterra, donde las fábricas de mi padre han estado siempre. Allí se producían coches de lujo, si, están bien pero yo siempre quise una de esas grandes cadenas de producción con maquinas y lucecitas. Sin embargo, quien se iba a ir hasta allí arriba para comprar un buen coche, nadie. ¿Conseguí la cadena de montaje?
 Diego asintió, conocía el discurso que había dado Rebeca cuando había abierto la central de la empresa en Madrid. Había hablado sobre como el clima podía influir no solo en el estilo del coche sino en el humor de los conductores y eso repercutía directamente con el índice de ventas.
 -Claro que la conseguí, lo he conseguido todo, todo menos librarme de este maldito palo. Pero sería un poco injusto decir que yo lo conseguí, yo solo estuve allí atosigando a todo el mundo, a mi equipo técnico. Pensarás que suena rimbombante, pero desde luego, son mi equipo, los conozco a todos y si todo sale bien pronto tú también. La persona que te puso en contacto conmigo no tiene nada que decir en este tema, sin embargo, hasta tu actual jefe me ha dicho que eres un gran trabajador. Seré sincera, me gusta mucho lo que veo y todas las referencias que tengo de ti son buenas recomendaciones. Me he despertado generosa esta mañana...Como te he dicho antes quería una cadena de montaje, bien ahora quiero un puesto en el mundo del deporte automovilístico. Dime, ¿Sigues las carreras, Diego? Yo la verdad es que no demasiado, pero eso es porque no hay nada que valga la pena, no hasta que estemos nosotros. Quiero que me ayudes a llegar a las carreras. –hizo una pequeña pausa y clavó sus ojos en los de Diego, él mantuvo su mirada hasta que ella sonrió amablemente.-Claro que no cualquiera entra en mi equipo, solo algunos, por eso tendrás un mes de prueba.