Hace dos días, el sábado pasado, me robaron el móvil. Delante de mis
narices, por lo que parece. Estaba cenando con una amiga después de ver Los
Vengadores(película que recomiendo mucho) y en un momento me acorde de que tenía que
mandar una cosa. Al buscar el móvil en el bolso no estaba . Pregunté a un
camarero en la barra y me dijo que no me lo había dejado allí pero este se
ofreció a ayudarme a buscarlo. Aparte de la situación me di cuenta de dos
cosas.
En la mesa de al lado
estaban sentados dos adultos que
rondarían los 50 años. Ningúno de los dos se movió cuando yo busqué el teléfono
por debajo de su mesa. Lo cierto es que yo no me movería si alguien comenzase a
mirar por debajo de mi mesa sin razón aparente. Pero la señora allí sentada estaba contándole a su
acompañante que me habían robado el móvil. Me dieron muchas ganas de soltarle
algo bastante inadecuado. La mujer estaba perfectamente informada y hasta dio una descripción de qué modelo era
mi móvil. Vamos, si sabes que a una
persona le han robado el móvil y es obvio que está buscando desesperadamente
por debajo de tu mesa lo mínimo que puedes hace es ofrecerte ayudar ¿no? Por lo menos mover las piernas
para mejorarle la visión a esta persona, digo yo…
Volviendo al camarero. El hombre debía de tener 30 años,
no muy alto y claramente latino. Nos ayudó a mover la mesa y nos obsequió con
lo siguiente:
-¿Sabes quienes van a haber sido? Los “rubitos” si…
vinieron y se sentaron pero no pidieron nada…Eso lo hacen muchos rumanos y gente de esa…Van robando por ahí.
Te lo digo yo, van a haber sido esos.
Lo cierto es que en lo que decía tenía parte de razón,
dos personas se habían sentado a nuestro lado y el mismo había ayudado a separar
su mesa. A mi amiga y a mi nos hizo bastante gracia. El hombre volvía de vez en
cuando con nuevos argumentos para reforzar su teoría sobre “los rumanos y esos”
que “siempre van a robar”
Y hasta aquí las dos cosas más relevantes que me han
ocurrido últimamente…
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