Mi hermana quiere una Monster High así que hemos ido a buscarla al Corte Inglés. La sección de juguetes de ese Corte Inglés en especial es bastante pequeña y tiene estanterías bajitas llenas de cajitas rosas. Yo, desempeñando el papel de buena hermana, me ofrecí a buscar la muñeca por esa zona. Cuatro metros tenía que recorrer, la sala prácticamente en silencio (excepto por unos abuelos enseñándole a una niña un peluche de Hello Kitty muy emocionados). Rosa a un lado, rosa al otro.
-Hola, ¿cómo estás?- una muñeca me acababa de hablar. Vaya susto. Me quede clavada en el sitio, con mi cara de horror mirando hacía la muñeca que seguía hablando. Una muñeca que habla, sin que la toques ni nada. Tenía sensor o algo por el estilo. Un furby con vestido rosa. HORRIBLE.
A mi padre le pareció tremendamente gracioso, claro que él iba detrás de mi y vio mi reacción. Patética como todas.
Pero sinceramente, ¿a quién se le ocurre? Pongámonos en situación:
Noche cerrada, sales de la cama porque tienes sed y vas hasta la cocina. La casa está a oscuras y en silencio. Tanteas la pared del pasillo porque no se ve nada de nada.
-Hola, ¿cómo estás?
Infarto. Encantada de haberte conocido.
Espero que mi hermana no se encapriche con ella, toda la familia se pudo reir un rato y espero que ella no quiera divertirse más a mi costa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario