Libros

lunes, 2 de mayo de 2011

Capitulo 2.

-¿Cómo una chica como tú ha llegado hasta aquí?-preguntó él.
-Soy de aquí, de por ahí arriba en el monte.
-y ¿a qué te dedicas?
-Soy fotógrafa- respondió Verónica.- pero no de lo típico...mira- dijo parando junto a un quiosco y señalando un periódico. La fotografía mostraba el resultado de un terrible incendio en el sur de la península.- Esta es mía. Yo lo llamo “dramatizar” se trata de sacar la mejor fotografía del peor suceso. Básicamente exagerar.
-Yo...soy camarero, como supongo que habrás notado. Como Raquel.- Verónica se quedó parada en seco.- Vamos, ¿acaso no vas a entrar en el lugar donde trabaja tu hermana? Tranquila, ahora estará en casa con sus niños gritones, solo hace el turno de mañana. Sirve el desayuno a mi padre. ¿sabes? Ella me consiguió el trabajo, soy ingeniero pero mi empresa quebró y me quede en la calle. Tuve que volver con mis padres y ella me ayudo mucho.
Él no conocía a Verónica pero de haberlo hecho sabría que no le estaba escuchando puesto que cuando no le importaba lo que la gente decía y quería darlo a entender se giraba para encender el cigarrillo.
-No necesito que me digas como es mi hermana.
-Yo solo digo que es una chica extraordinaria y no creo que se mereciese ese trato.
-pues no tienes ni idea. Dime ¿cuantas cosas te ha contado mi hermana sobre mi? Pocas o ninguna. Si le dije lo que dije fue porque ella se lo buscó, por meterse donde no la llaman...Mira, yo no encaje nunca en los planes de mi familia. Mi madre pretendía buscar un buen marido rico para Raquel y yo tendría que buscarme un trabajo. Por eso me fui y no pienso volver, es una estupidez mezclarte con gente con la que no encajas.
-Supongo, pero por eso no dejan de ser tu familia.
-Tuve que vender ropa para comprar mi primera cámara. ¿por qué me molesto? No tienes derecho para opinar sobre mi vida.
Con aquella frase terminó esa conversación y comenzó otra. Primero hablaron sobre el tiempo, después sobre política y ya al final de la ciudad. Durante la conversación cambiaron varias veces de sitio y de bebida. Al final de la noche Diego pudo comparar a las dos hermana, eran completamente distintas. Cuando se despidieron ambos estaban borrachos, eran las cuatro de la mañana y ya no quedaba ni un solo bar abierto. Diego sabía que al día siguiente tendría que trabajar asique decidió irse antes de las cinco.
-Venga, solo un sitio más, te lo prometo.- dijo ella.
-llevas horas prometiendomelo
-pero esta es la buena.-respondió Verónica.-te prometo que esta promesa es de verdad.
Ambos estallaron en carcajadas.Diego disfruto mucho tal vez era el alcohol, tal vez el sueño o tal vez que era la primera vez que hacía algo como aquello, pero se sentía tremendamente atraído por Verónica. Ella se tambaleaba delante de él, cogiéndole de la mano y andando hacía el último bar. Se dejó llevar.

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